¿Cuándo perdí la dignidak?

Supongo que la familia política siempre es un problema. Incluso la propia es un problema a veces. No estoy segura cuál sea el problema de mi amiga Lindasam, pero espero que pronto consiga esa entereza que dice yo tengo para llamar las cosas por su nombre. Ánimo y no olvides que la violencia a veces sí es la solución, y si no, al menos trae diversión.

Hoy mi jefe se negó a despedirme, pues dice no tener motivos. No me provoque o se los daré. Además dijo que si no creo en algo es mejor que tenga la dignidad de abandonar el barco por myself.

Yo le dije sinceramente que ser despedida da más plata, y que la dignidak uuuuuuuu! hace rato que es parte de los libros de la historia del Conejo, aunque pensándolo bien, no recuerdo exactamente cuando la perdí.

Pudo haber sido el día en que en plena clase de educación física del colegio me pidieron hacer un paso y me salió como salto de conejo. De allí el apodo.

O talvez aquel día que canté en público «Hotel California» en un evento organizado para una materia que nos enseñaba cómo armar eventos culturales en la universidad.

Seguramente fue el día en que en clase de inglés, el profesor me sentó a su lado como castigo por supuestamente conversar y distraer a Dael que se sentaba detrás mío.

No, ciertamente la dignidak se fue con las lágrimas que derramé por una rata de alcantarilla (sin ofender al gremio) el día que terminó la relación que manteníamos. Ahora me dan náuseas de solo pensarlo.

O la vez que bailé la sopa de caracol con faldita y todo en la escuela. A que esa no te la sabías Dael!

Será que la dignidak la perdí en Alemania cuando me jactaba de mis habilidades en la bicicleta y al tratar de llevar a un chico belga, nos estrellamos en la nieve. Cada vez que me veía huía con una sonrisa en su cara.

No sé la verdad cuándo fue. Pero sinceramente, prefiero mi bolsillo a la dignidak. He dicho jefe.

~ por elconejo en abril 14, 2010.

4 respuestas to “¿Cuándo perdí la dignidak?”

  1. La verdad mi asunto pinta feo, no me guta recibir consejos que no pido y menos pegando voces en lugares públicos, sin importar cuan buenas sean las intenciones.

    El camino al infierno está lleno de buenas intenciones.

    En fin, sobre la dignidak yo creo que la perdiste esa vez que interpretaste a un perro en esa obra de teatro ¡qué bien te salían los ladridos!

    La verdad, pienso que lo que te dijo tu jefe es una provocación para que te salgas por tus propios pies y sin indemnización. Nadie tiene la necesidad de recordarte en qué consiste la dignidak o cómo se aplica a la vida diaria: es tu problema si quieres trabajar en un proyecto independientemente de si crees en él o no.

    La violencia está bien cuando es aplicada a desconocidos o a mediocres compañeros del trabajo. El problema radica cuando uno se calla por mucho tiempo lo que piensa para no ofender a los que viven contigo o casi casi, hay que cuidar las relaciones a largo plazo.

    Ánimo Conejo, yo te apoyo en que te mantengas ahí hasta que se den las condiciones que mejor te convengan (ya sea hasta que puedas conseguir un mejor trabajo o que te despidan con la correcta indemnización).

  2. La vida es rara, aveces siento que lo unico mío, es eso, mi dignidad.
    El día que acabe de perderla – porque ya empecé a hacerlo, de hecho creo que solo me queda el 10% – estaré tan vacío que ni Dorian Grey querrá regresarme a ver.
    La ubicuidad de la tragedia es casi casi cursi,o vulgar… creo (ojo que no te estoy diciendo cursi y menos vulgar, solamente aprovechando para hablar tonterias y no perder la costumbre)

  3. … 5% menos

  4. Casi derramo una lágrima con esso relatos de los buenos viejos tiempos. Pero lo de la sopa de caracol no lo vi venir. Aquí convoco a toda la cabina a unirse a mi clamor: queremos fotos.

    PD: El gusano ese no es de mi especie.

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